Lágrimas de sal
Esta lágrima de sal camina por la mejilla para encontrar su posición final en la comisura, y aunque sea un desperdicio que un llanto dé tan largo paseo, es del todo necesario que el pensamiento explote de esta manera y cimente el camino para encontrar un nuevo destino. Es menester que, habiendo desgarrado la mirada, esta retorne a su posición original y brinde alegrías más merecidas. Con tan solo agitarla, esta lágrima distorsiona los bordes de la cara y recuerda un acontecer que no debió suceder. El sendero por donde pasea deja un rastro que solo el tiempo puede enviar al olvido y hacer que el semblante más melancólico se vuelva dinámico. Lágrimas de odio, de miedo, de sangre, de impotencia, de alegría, de melancolía; al fin y al cabo, lágrimas de sal en un océano de vidas.
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