Antes de que te pongas a leer
mi bio quiero darte las gracias. ¿Y… por qué?, me dirás, pues por tener la
intención de dedicar un momento de tu vida a conocerme, lo cual es muy
satisfactorio para mí.
Bueno, empecemos. ¿En qué
destaco yo?, tal vez en tener mucha imaginación. De pequeña siempre me encantó
crear historias, y eso no cambió cuando crecí. Hay quien me define como una
«máquina de ideas», es un bello concepto ¿verdad?
Con 26 años me detectaron un
cáncer y me creé un diario online para contar todo cuanto sentía. Por aquellos
entonces yo creía que nadie me seguía, pero nada más lejos de la realidad.
Tenía seguidores que me apoyaban, y fueron ellos los que me animaron a transformar
mi blog en mi primera publicación: Nadie dijo que fuera fácil.
Cómo afrontar un Linfoma de Hodgkin (Diego Marín, 2008).
Este libro ayudó a mucha gente, incluso a mí misma. Es por ello por lo que
decidí donar todos los beneficios de la venta de su edición física a la Asociación
Española Contra el Cáncer (AECC).
Un par de años después
promoví y coordiné un libro de testimonios, A través de la ventana (AEAL,
2010), al tiempo que iba desarrollando
mi siguiente libro: Siempre que llovió, paró (2013). En esta ocasión
volví a tratar el tema del cáncer, pero de una forma más filosófica; y me abrí
en canal compartiendo mi experiencia con la ansiedad. Algunos capítulos fueron
escritos en Argentina, el país que vio nacer a mi marido: el músico y
escritor Emanuel Menta.
Posteriormente, aparqué la
escritura durante un tiempo para desarrollar mi faceta editorial, corrigiendo y
maquetando el libro La fuga de mi prisión Mental de José
Martínez Ramírez (2014). Un año después, edité El barco perdido,
primer ejemplar de la saga Los protectores de Paula Marco
(2015).
Para mi siguiente publicación
cambié radicalmente de formato, desarrollando un libro ilustrado: La transparencia de un
instante (2020). En él,
me abrí a nuevos temas como las contradicciones del amor, las fases de la vida,
el miedo o el poder de la diversidad, y lo hice con la ayuda de retratos de
acuarela, que dieron luz y color a mis textos. No puedo mentir, el cáncer me
cambió, pero lo hizo para bien. El miedo nunca me abandonó del todo, pero me
ayudó a apreciar mejor los pequeños momentos y despertó en mí una sensibilidad
especial, que he reflejado en cada página de este proyecto. Es un libro muy
emocional y tuvo una acogida fantástica.
En 2021 volví a mi vocación editorial —esta vez de la mano de mi marido, Emanuel
Menta—, maquetando y diseñando la portada
de La leyenda de Ella de Xavi Guimerà
y El olor de los claveles y otros relatos
de Eva María Ríos. También tuve el placer de maquetar junto a Emanuel el
libro Manuel Campo Vidal. Pasión por la
comunicación. Medio siglo de periodismo, de Luis Campo Vidal, lo cual fue
un gran honor para nosotros dada la increíble trayectoria de este periodista.
En el 2022 Emanuel y yo colaboramos de nuevo
para la maquetación de Tatuado en la
piel de Sonia Campo Gómez y Serpiente
de Cascabel de Antonio Sensada Bautista. Y, después de ese atracón
editorial, volví a centrarme en mí misma para terminar mi último libro, La
sombra de un trato,
que salió a la venta a finales de año. Con esta novela cambié radicalmente de
género, mediante un thriller psicológico ambientado en
un pequeño pueblo inglés. Narré la historia en tres tiempos: los ochenta, los
noventa y la década del 2010, y me centré en personajes corrientes, aparentemente
normales, pero que viven atormentados por sus propios secretos. Las primeras
críticas definieron mi novela como «emocionante e inquietante, que te mantiene
en vilo hasta el final», lo cual es todo un halago para mí, ya que uno de mis
objetivos al escribirla fue hacer dudar constantemente a mis lectores, cosa que
—vistas sus
reacciones— creo haber conseguido con creces. De hecho, las premisas de este thriller son las siguientes: «¿Dónde está el límite de lo fantástico y lo real? ¿Hasta qué punto los
miedos son causados por nuestra propia mente o por la existencia de algo más?».
En la actualidad, estoy tratando de disfrutar al máximo de «mis hijos
literarios», lo cual estoy logrando mediante presentaciones, charlas, y
encuentros con mis lectores. También he desarrollado un taller llamado Pintar
con palabras, en el que explico lo que se esconde detrás de mi libro
ilustrado La transparencia de un instante. Desde que finalizó la pandemia tengo
muchas ganas de participar en eventos y sentir el calor de la gente en vivo y
en directo. Está siendo una etapa muy bonita y especial para mí.