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Con comentarios actuales, fotografías y anécdotas que no aparecían en la versión inicial
A través del libro ilustrado La transparencia de un instante
En este libro biográfico encontrarás herramientas para enfrentarte a la ansiedad
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La transparencia de Alicia




Alicia ha escrito este poema inspirándose en la acuarela de mi relato "La dama de hielo"



TU ROSTRO

Ese rostro que ilumina la estancia,
recuerda historias ya pasadas.
Historias de eternas musas
de luces y sombras ataviadas,
de vidas y muertes anunciadas.
La perfección en sí misma
en  piedra blanca esculpida,
ocultando el latir de las heridas
y resignadas miradas vencidas.
Ahí, en un instante no más,
vuelan eternas plegarias
al infinito astuto de la mar.
Y recordaré siempre la fuerza indómita
que desprende tu voz callada,
el firme huracán de tu piel tallada
y el profundo eco de las palabras.
Palabras que se clavan en el alma,
en el sin sentido de un mundo que te atrapa. 

 Alicia Martín López


Y ha escrito este microrelato inspirándose en mi acuarela "Dualidad"



DESTINO

Frágil es el camino que he de recorrer. Los pies tiemblan con cada paso; bajo ellos, el quebradizo pasaje lanza la melodía de la muerte. ¡Crunch! ¡Crunch! Sin embargo, no cesaré, no deseo cesar… ni debo. Hace tiempo hice una promesa. Jamás me rendiría ante las adversidades encontradas. Así que solo me queda una cosa: avanzar. Ella, me lo hizo prometer.

Se marchó una primavera con apenas veinte años. Crecimos rodeados de sueños e ilusiones, las cuales iban atenuándose conforme cumplíamos años. Creía que nos pasaba a los dos, pero estaba en un error. Mi hermana nunca dejó de creer. Mientras los desengaños caían sobre mi espalda como lasas pesadas haciendo, en ocasiones huraño, Ana animaba mi corazón con su tierna sonrisa, quitando importancia a las cosas vanas que ocurrían con un optimismo fuera de lo común. Era única para dar alas a los demás.

Ahora, ha dejado un vacío imborrable. Pero sé que me acompaña y allí, a lo lejos, encontraré nuestro valle. Solíamos imaginar un espacio verde custodiado por las montañas en donde lo salvaje aflorara y pudiera respirarse aire fresco.

¡Crunch! ¡Crunch! ¡Crunch! He de llegar, queda poco. ¿Cómo podría esquivar la mano huesuda de lo oscuro? ¡Agua! Agua cristalina… estoy cerca.  Rememoro la imagen de mi compañera. Esos ensortijados cabellos y ese constante mirar al horizonte, abren una puerta que pensé cerrada. Continúo. Exhausto, detengo la andanza, he cruzado la frontera. El chirriante sonido queda atrás. Ante mí, el arrebol de la mañana ilumina el despertar de un nuevo día. 

 Alicia Martín López


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@aliciamartinlopez6