Se trata, como bien nos dice su autor, "de un álbum de
fotos en el que confluyen una variopinta fauna de mundos alternativos habitado
por personajes que se mueven entre la ternura y lo grotesco, lo surrealista y
lo cotidiano, lo dramático y lo humorístico". Los personajes
"protagonizan peripecias extraordinarias, fantásticas, raras e insólitas,
pero también dramáticas, dolorosas, terribles e inquietantes, moviéndose
siempre entre lo onírico y lo prosaico por laberintos de la fantasía y la
imaginación descontrolada, sin límites ni pautas, libres y explosivos,
obsesivos y esquizofrénicos, patéticos y tiernos".
Para mí ha sido una explosión de los sentidos, un libro para
leer despacio, dejándote llevar por la locura (del autor y) de sus personajes.
De hecho, a pesar de ser un libro de 130 páginas, he tardado bastante en
leerlo, ya que quería recrearme en los relatos e interiorizar lo que me querían
transmitir.
Está escrito de manera soberbia, demostrando un gran dominio
de distintas técnicas narrativas.
Como decía al principio hay quien se ha sentido abrumado al
leerlo, y no me extraña, ya que las líneas de este libro pueden herir la
sensibilidad de algún lector. Si buscas algo sencillo, convencional, que no
resquebraje las entrañas de tu cerebro, definitivamente este no es tu libro.
¿Lo recomiendo? Por supuesto, pero solo a quien esté dispuesto a perderse en esos Universos paralelos que Joseph B. Macgregor pone a nuestra disposición.