Ayer fue la presentación del libro "Renacer" de Vanessa Lorenzo Puche, que se celebró en el Salón de Actos de La Casa de Cultura de Yecla. Introdujo el acto Mª Carmen Rodríguez, psicóloga de AYAC (Asociación de Yecla de Afectados de Cáncer), y yo misma tuve el placer de poder intervenir.
¿Qué os puedo decir? pues que fue una experiencia preciosa. Mª Carmen nos presentó con mucho cariño y, cuando Vanessa empezó a hablar, el público enmudeció. Nos habló de su experiencia como pareja de paciente de cáncer, de sus recursos para afrontar algo así. Nos contó todo lo bello que se puede sacar de lo malo, pero cómo es necesario rebuscar en el día a día, para poder centrarnos en esas pequeñas cosas que nos ayudan a continuar. Nos emocionó a todos, incluida a mí. Y entonces... llegó mi turno, menuda situación. Miré al público, que abarrotaba el lugar, mirándome fijamente con sus ojos brillantes. Giré la cabeza un poco y vi a Vanessa, sentada a mi lado, expectante por saber lo que yo misma tenía que aportar. Respiré profundamente y empiecé a hablar. Bromeo un poco, para quitar peso a la situación, y conté cómo nuestros libros hicieron que nos conociésemos. Aparecieron las sonrisas en todos los rostros y eso me llenó de felicidad. Hablé muy brevemente de mis libros, "Nadie dijo que fuera fácil" y "Siempre que llovió, paró", y de cómo se complementan con el de Vanessa. Los míos hablan desde el punto de vista del paciente y el suyo del acompañante. Son diferentes, pero tratan la misma realidad.
Y entonces, les hablé de mi "objetivo oculto", nada oculto dada su obviedad. Me hacía ilusión estar ahí en mi estado, mostrando con orgullo mi barriga de cara a mi futura maternidad. No es más que una imagen, pero me gustaría que se grabara en la mente de la gente y, que si alguna vez ven el cáncer de cerca me recuerden así: embarazada después de haber superado uno. Seguro que les ayuda a tener esperanza y afrontar con fuerza todo ese proceso. La vida se abre camino y soy una afortunada por haber podido seguir adelante después de lo que pasé.
No puedo terminar mi crónica sin dar las gracias una vez más a todos los asistentes, tanto los que lo hicieron físicamente, como los que en esencia estaban anoche allí. Especialmente a Juan Carlos, el verdadero protagonista del libro de Vanessa. Y, por supuesto, agradecer a AYAC el hacer posible este acto, eso y por dar cada día su apoyo y ayuda a tantos afectados de cáncer.